Alexander E. Williams Jue Ene 14, 2010 2:11 pm
Reprimió una sonrisa al ver cómo la chica lo recorría con la mirada, o, como él pensaba, se lo comía con ella. Arquó una ceja al oír la explicación sobre su nombre y eso, él tenía algo mucho mejor. Un mote, sí. Un mote que, en su opinión, le iba como anillo al dedo, pero, claro, a la chica no parecían gustarle los 'ligones', asique se lo guardó para él. Buenorra, ese era el mote. Se sentó al lado de la chica, pegado a ella, pero no mucho. Con un poco de suerte, la tarde no sería tan aburrida como había pensado.
-Marie, pues. Mar no me gusta -Sus labios se curvaron en una sonrisa traviesa, juguetona. Se lo había puesto en bandeja y él no iba a dejar pasar la oportunidad, no era tan estúpido- Puede llamársele de muchas formas: destino, intuición... Como quieras, Marie -Y ensanchó la sonrisa, componiendo una más encantadora aún. Estaba desplegando todos sus encantos con la chica.
