Volvió a reprimirse para no sonreir. Según su punto de vista, todo iba bien. La chica no decía nada ante sus piropos, que era mejor que si los respondiera con insultos o más piropos. Lo primero, las bordes no le atraían, lo segundo, las guarras tampoco solían hacerlo. Negó con la cabeza, con otra sonrisa más.
-No, acabo de mudarme desde Londres, pero no soy de allí. En realidad, soy francés -Le dió un discursillo detallado de lo más simple e irrelebante de su vida mientras tocaba el agua con las yemas de los dedos, acariciando su superficie.
-No, acabo de mudarme desde Londres, pero no soy de allí. En realidad, soy francés -Le dió un discursillo detallado de lo más simple e irrelebante de su vida mientras tocaba el agua con las yemas de los dedos, acariciando su superficie.